En Rumania, las escuelas adventistas tienen mucho para aportar a la educación
[ Bucharest, Romania / Rajmund Dabrowski/ANN ]
Cuando Ivan Buciuta visitó la aldea de su niñez hace unos años y preguntó que había de nuevo en Poienile de sub Munte, se enteró que los adventistas estaban operando un incipiente jardín de infantes en ese pueblo del norte de Rumania.
Los residentes locales le presentaron a Maria y Daniela Oncsa, dos docentes adventistas pertenecientes a una congregación de cuarenta miembros que comenzaron con la idea de ayudar a los padres de la aldea al establecer un jardín de infantes.
Todo comenzó en 2006 con 14 niños, de los cuales solo la mitad provenía de hogares adventistas, le contaron a Buciuta durante la visita. En un comienzo las docentes no recibían un salario, sino que lo hacían como voluntarias. Buciuta se sintió tan emocionado que se ofreció a pagar un salario de su propio bolsillo.
Hoy día, con 41 niños, ya no hay que preocuparse por el salario de los docentes.
Para Valeriu Petrescu, director de educación de la Iglesia Adventista en Rumania, esta historia ilustra la creciente esfera de influencia de la iglesia en Rumania.
Apenas culminó la revolución de 1989 en el país, la Iglesia Adventista lanzó un experimento educacional que hoy cuenta con 64 instituciones educativas, incluyendo 52 jardines de infantes, cuatro escuelas primarias, cuatro secundarias y una escuela de enfermería con una matriculación de 129.
La proporción de estudiantes provenientes de hogares adventistas varía según la institución. En Bucarest, solo el diez por ciento de los estudiantes de la escuela secundaria adventista pertenecen a esta comunidad. Pero en Craiova, los estudiantes de hogares adventistas alcanzan el cuarenta por ciento.
Petrescu dice que reconoce la capacidad que tienen los setenta mil miembros de la iglesia en el país de influir en la comunidad. "Quiero ir más allá," dice. "Veo que podríamos tener entre doscientos y trescientos jardines de infantes, treinta escuelas primarias y veinte secundarias".
Petrescu también quiere que la iglesia cuente con su primer instituto universitario de educación teológica, con capacidad para mil estudiantes en dos o tres sedes. En la actualidad, el Instituto Teológico de Cernica, en las cercanías de Bucarest, ofrece maestrías en teología y educación, y cuenta con una matriculación de más de 320 estudiantes.
Los rumanos no siempre tuvieron la libertad de elegir entre la educación pública y la privada para sus hijos, explica Petrescu. En los últimos dos años, se sancionó una ley que permite la educación privada ofrecida por escuelas religiosas en el contexto de la libertad de conciencia. Esto permitió que las denominaciones protestantes de Rumania accedieran al financiamiento estatal para pagar sus salarios y gastos operativos.
"Podemos beneficiarnos con esta situación, que antes no existía", dice.
Petrescu no duda en compartir preocupaciones que acompañan su visión de la educación adventista en Rumania. Como la educación adventista es nueva en el país, dice que representa un desafío cambiar la forma de pensar de muchos líderes de la iglesia que acaso minimizan "la importancia de esta obra".
"Estoy viajando por el país para explicar y mostrar que nuestro ministerio de educación se halla en el centro de nuestra misión. Es una inversión a largo plazo que se basa en nuestros intereses de evangelización", dice Petrescu.
Petrescu recuerda una reunión en particular con una congregación. Un miembro de iglesia le dijo: "Ya tenemos una escuela en la aldea. ¿Para qué establecer nuestra propia escuela?"
"En la generación de más edad, no existe un paradigma de la educación cristiana", dice Petrescu, quien deja en claro que solo los educadores adventistas pueden incorporar las creencias y valores de la iglesia como parte del currículo general.
Petrescu, que actualmente está terminando un doctorado en sociología en la Universidad de Bucarest, explica a las congregaciones y pastores adventistas que los padres y sus hijos que asisten a las escuelas de la iglesia representan los mejores testimonios de apoyo a la educación adventista.
"Los padres están asombrados de ver los cambios en sus hijos", dice. Petrescu también ha observado que muchos estudiantes de las escuelas secundarias se unen a la iglesia. "Estos niños toman la decisión de ser parte de la iglesia".
"Estamos entusiasmados con el potencial que ofrecen nuestras instituciones a la misión", dice.
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